¿Os acordáis de los tazos, esas figuras circulares con las que jugábamos los que crecimos en los 90? Durante un tiempo estuvieron a la par junto con las canicas en cuanto a popularidad, jugándose en patios de recreo, plazas, portales de viviendas, etcétera. Lo curioso es que ambos juegos se siguen jugando (y comercializando), aunque en muy menor cantidad y quizás se hayan visto desplazados por el auge de móviles y videoconsolas. A continuación te cuento la historia de los tazos así como alguna que otra curiosidad.
El origen de los tazos probablemente se remonte a los años 20 o 30, a principios del Siglo XX en la isla de Maui, Hawai, aunque hay hipótesis de que podría derivar del Menko, juego japonés del Siglo XVII. En cualquier caso la fiebre por ellos no se disparó hasta los 90.
El nombre inglés de los tazos, pogs, viene del POG, un zumo de frutas, concretamente fruta de la pasión (passionfruit), naranja (orange) y guayaba (guava). El POG se vende en botellas y los tapones de éstas era lo que se usaba inicialmente para jugar. El juego se perdió en el tiempo y no fue hasta 1990 cuando una profesora de primaria, Blossom Galbiso, decidió recuperarlo para enseñar matemáticas de una manera divertida y ofrecerlo como alternativa “no violenta” a modas de la época como el balón prisionero.
A partir de ahí el juego se empezó a popularizar y se expandió hasta distintos colegios hasta que STANPAC Inc, una pequeña distribuidora canadiense, empezó a imprimir millones para todo el archipiélago hawaiano. De ahí se empezó a extender a todos los Estados Unidos y finalmente, en 1993, llegó al resto del mundo. A Europa y Latinoamérica lo hicieron por parte de empresas de snacks y golosinas pertenecientes al grupo PepsiCo Inc, tales como Matutano en España o FritoLay en Colombia.
Su popularidad ha sido tal que se llegó a usar como moneda de cambio en las bases militares americanas y ha surgido una afición por el coleccionismo de estos juguetes. Quizás los tazos ya no sean tan famosos como antaño, pero hay que reconocer el impacto que han tenido en todo en globo y el cómo han conseguido hacerse un hueco imborrable en nuestra memoria.
A mí los tazos me llegaron cuando ya no jugaba ‘en el patio’, pero la verdad, me has aclarado una de mis grandes dudas que tenía sobre ellos 🙂
Me alegro 🙂 Yo los jugué en el patio y en todas partes, aunque me enganché más a los cromos. Ya vendrán otro día 😛
Ufff! Que recuerdos de los tazos madre mía! Yo empecé con los de Pokemon y la verdad es que pasaba tardes enteras jugando contra amigos 🙂
Como ya te dije, me encanta este blog, siempre aprendes algo nuevo!!
Un saludo irene 🙂
Me pregunto quién no habrá coleccionado tazos, ha tenido una montaña de ellos y se ha peleado e hinchado a comer patatas para conseguir una colección entera.
Desconocía la historia detrás de ellos, pero siempre está bien conocer cómo surgió una moda que muchos de nosotros hemos vivido.
¡Saludos!