Si hay una franquicia cinematográfica que levante pasiones más allá de la pantalla es, sin duda, La Guerra de las Galaxias. La saga creada por George Lucas nos ha dado a conocer personajes tan carismáticos como R2-D2, el pequeño droide que junto a su compañero C-3PO y los sables laser, desató el fervor de millones de fans por querer adquirir uno. 38 años después dicha fiebre continúa vigente, debido sobre todo, al estreno de El despertar de la fuerza y la llegada del Sphero BB-8.
Y es que gracias a la empresa Sphero, el dron que aparece en esta nueva película es real, y se puede disfrutar a un precio recomendado de 170 euros aproximadamente. Lo conocí hace unos días gracias al blog de un amigo: FrikiAps. A continuación te cuento más sobre él.
¿Cómo es BB-8?
Este simpático dron es una reproducción a pequeña escala del mismo que aparece en El despertar de la fuerza, siendo capaz de rodar sobre una bola sin perder en ningún momento el equilibrio.
Cabe destacar que es muy fiel al original pese a sus reducidas dimensiones, y reproduce de manera fidedigna todo lo que este nuevo personaje de la franquicia intergaláctica realiza en la película.
El Sphero BB-8 posee un diseño robusto, siendo esta una bola de plástico de 3 pulgadas de diámetro con estampados muy detallados. Tratándose de un producto como este, hay que tener especial cuidado cuando lo enviemos a misiones de reconocimiento en nuestra casa, pues si cae desde las alturas el Sphero BB-8 no sobrevivirá.
BB-8 desde las entrañas
En el interior del Sphero BB-8 se puede observar el mecanismo que hace posible el peculiar desplazamiento del robot, similar a lo que hace un humano cuando rueda en una pelota gigante.
A su vez, la cabeza del robot está sujeta a través de un imán para que se mantenga siempre en su sitio. Es lo suficientemente resistente incluso cuando impacta con algún objeto, pero no puede evitarse que se despegue de la bola pese a que recolocarla sea una tarea muy sencilla.
Para poder cargar a nuestro amigo BB-8 se incluye un soporte que ejerce de cargador vía inducción y es ideal para exponer el artículo en una estantería o escritorio. Para haceros una idea, con una carga de 3 horas podemos disfrutar del robot unos 60 minutos.
Un juguete adaptado al siglo XXI
Como no podría ser de otro modo, el juguete está adaptado al siglo XXI y puede manejarse a través de una tablet o smartphone (Android e iOS) gracias a su aplicación móvil gratuita.
Si no posees ninguno de estos dispositivos, puedes manejar el BB-8 mediante unos movimientos pregrabados en el juguete aunque la gracia de este producto es manejarlo tú mismo.
La aplicación hará las delicias de cualquier amante de la saga Star Wars por su diseño, detalles y guiños a esta franquicia, y es muy fácil de usar, lo que gana enteros a la hora de sumergirse en el universo de George Lucas.
¡Corre como el viento, BB-8!
Una vez esté cargado el Sphero BB-8 comenzará la diversión tanto para grandes como pequeños. Lo único que se tiene que hacer es conectar el Bluetooth de tu tablet o móvil, lanzar la aplicación y, por supuesto, tener a tu pequeño robot cerca.
Una vez estén emparejados la tablet y el robot se puede elegir entre tres opciones para dar rienda suelta a tu imaginación; estas son el modo patrulla, conducción o mensaje.
Modo patrulla
Cuando utilizamos al BB-8 en modo patrulla es como si tuviéramos a un robot moviéndose de forma autónoma, es decir, yendo a su ritmo. Como el juguete no dispone de sensores, en más de una ocasión podrá chocarse con cualquier mueble de la casa mientras está patrullando.
En la aplicación podremos observar su velocidad, la distancia recorrida o si se ha topado con un Stormtrooper – esto ocurre cuando colisiona con algún objeto –, aunque tiene la virtud de poder aprenderse los entresijos de la habitación que recorre. Incluso si se topa con algún objeto fijo, dará marcha atrás y continuará su camino.
Modo conducción
Este es el modo que más de uno estará deseando probar, pues no todo va ser ver a BB-8 recorrer lugares a su antojo. Gracias a la aplicación veremos dos sticks virtuales con los que controlar el juguete a voluntad; con el izquierdo daremos impulso al robot y con el derecho le indicaremos la dirección por la cual debe ir.
Para no hacerse un lío a la hora de conocer dónde lo enviamos, un LED de color azul que incorpora el BB-8 en su interior nos hace de guía en todo momento. Eso sí, necesitarás un buen rato para hacerte con el manejo del pequeño robot y conseguir dominarlo a la perfección.
Modo mensaje
¿Te acuerdas de la escena en la que RD-2D proyecta un mensaje de la princesa Leia? Este es básicamente el modo mensaje, pero con sus limitaciones obvias.
Hay que tener en cuenta que al ser una película de ciencia ficción o space opera, la tecnología no está disponible para humanidad, pero la app y el drone te permiten quitarte el gusanillo de imitar a la hermana de Han Solo con la ayuda de la realidad aumentada. Para ello lo único que tendrás que hacer es grabar un mensaje utilizando la cámara frontal de tu dispositivo y, una vez finalizado el mismo, apuntar con él hacia el Sphero BB-8. Quizás sea una de las cosas menos interesantes del juguete, pero a los fans de Star Wars les encantará imitar a Organa.
¿Merece la pena comprar el Sphero BB-8?
Si eres fan de la saga seguro que sí, pues tiene un diseño muy cuidado y una aplicación que ya quisieran muchas empresas poseer para sus productos.
Te recomiendo comprar el fantástico Sphero BB-8, de manera segura, en Amazon.
Es una pasada ver el Sphero BB-8 en movimiento y ver lo fieles que han sido en todo momento con el robot, pero también hay que tener en cuenta el precio del mismo dada su fragilidad, pues la cabeza de nuestro pequeño amigo recoge con facilidad suciedad, y el hecho de no poseer sensores hace de él un objeto que hay que tratar con mimo para que no sufra ningún daño.
En cualquier caso, es un producto la mar de interesante que amplía el universo de esta franquicia cinematográfica tan peculiar y hará las delicias de grandes y pequeños. Al pobre R2-D2 le ha salido un competidor, pero jamás será el sustituto. ¡Larga vida al droide azul!
La verdad es que lo puse en mi lista de deseos para Papa Noel, pero no llegó, quizá llegue el próximo año.